Los videojuegos desde sus orígenes han sido acusados de sexistas y racistas, ingredientes que rara vez faltan en los productos culturales que exaltan la violencia.
En este tipo de videojuegos una idea distorsionada de lo masculino es elevada a categoría de universal, en la que sólo se dan valores como el poder, la fuerza, la valentía, el dominio, el honor, la venganza, el desafío, el desprecio y el orgullo. en la mayor parte de los videojuegos lo femenino es asimilado a debilidad, cobardía, conformismo y sumisión.
De los protagonistas o de los héroes de estos videojuegos, los adolescentes y jóvenes que han participado en la investigación, opinan mayoritariamente que son gente dura ("el protagonista es policía o algo así, armado con lo mejor", "no se cortan y no paran de cargarse a todos los rivales").
Pero lo podemos ver igualmente en los anuncios de los videojuegos como "Alfred's Adventure" donde se dice para estimular su uso: "¿cómo te vas a comportar en esta aventura, como un gallito o como una gallina?" (Game Boy, 2001, 64, pg. 30).
La imagen de la mujer en los juegos informáticos, y en esto las coincidencias son generales, ha sido tradicionalmente maltratada con ferocidad. Los personajes femeninos, hasta no hace mucho, eran siempre víctimas inermes incapaces de valerse por sí mismas. Una parte del paisaje, más objeto que ser. Sus modelos corporales son tendentes a la exageración con idealizaciones de personajes sacados del comic o hasta del cine porno.
Esto además ha tenido su exponente más visceral en el mundo del Manga y Hentai que ha imperado en los 90 en el mundo del comic y que actualmente está en pleno apogeo en su introducción en el mundo de los videojuegos y en Internet. La imagen de la mujer que aquí aparece es el de una eterna adolescente –nunca envejecen-, con ojos enormes que ocupan casi toda su cara (5) y otros rasgos distintivos de este mundo: "es ya característica habitual que las chicas protagonistas luzcan estupendas delanteras, ropa ceñida, faldas cortas y que adopten posturas y vivan situaciones bastante eróticas. Imágenes aparte, los guiones suelen prestarse a promover situaciones ambiguas, escenas comprometidas, enredos y embrollos, que a nadie se le escapa que tienen un alto contenido sexual, pero que nunca suele hacerse explícito. Una curiosa mezcla de inocencia y perversión que ha conquistado a mucha gente o en todo caso les ha dejado perplejos. En los dibujos hentai toda la carga sexual de las imágenes manga sale a la luz en forma de ilustraciones que rozan el límite entre el erotismo y la pornografía, cuando no lo trasgreden totalmente" (Alfredo del Barrio, Game Over, 26, pg. 59).
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